Los ojos,
algunos helados
y otros vacíos
algunos muy puros
y otros evadidos,
me miraban
y no entendían
lo que me pasaba
que dolor me sacaba
las ganas hasta de hablar.
Yo miraba
a la gente mientras pasaba
y no lograba entender
como iban despreocupados,
parecían unos tarados
fingiendo que todo está bien.
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