De mis heridas abiertas
las gotas de ilusión caen de a una,
desplomándose en el suelo.
Dejando la nada
y yo, haciendo el duelo
tendida en mi cama
la cara en la almohada,
y sintiéndome ahogada.
Ahogada mi alma
que ya ni llora,
muere por dentro,
suspira
y añora
ver de nuevo tus senos.
De mis heridas abiertas
caen gotas de promesas
pérdidas en un sueño.
Y si salan mis heridas
no te asustes,
seguiré viva
aunque grite y llore
no habré muerto.
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