No he caído al suelo
por algún motivo
arrastro los pies,
me arrastro a mi nido
no sé ni si quiera,
si es que estoy vivo.
Llego sin entendimiento
a la casa, tan obscura
me comen los pensamientos
de delirio y de locura
y me tumbo en mi cama
atestada de amargura.
Me levanto de la cama
ya no siento ni dolor
con los brazos lastimados
y sin sentir el ardor.
Hoy no he visto el ocaso
ni el alba, ni el sol
sólo recuerdo pastillas
odio y desesperación.
Los brazos lastimados, las cicatrices, todo termina siendo un recordatorio para después. Ahora, duelan o no duelan, sirven para saber que uno sigue acá, aguantando chaparrones de mierda bajo un paraguas roto y descosido, igualito a la piel de uno.
ResponderEliminarUn gran comentario. Genial la expresión "chaparrones de mierda bajo un paraguas roto y descosido" Escribís? Me gustaría que si así es me compartas algo de lo que creas. Saludos.
EliminarSobretodo, y más que nada, odio y desesperación.
ResponderEliminarSaludos
J.
Exacto, muchas gracias por seguir leyéndome, saludos!
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