Tres luces calientes
atraviesan mi mente
y ya ni me acuerdo,
en donde estas vos.
Se hace de día, y nadie lo nota.
No existe el reloj.
No pienso dormirme
voy a pensar
en lo que pasó.
Estoy agotada,
pero valió la pena
la entrada a la habitación.
Donde habitaban tres locos
sus almas vacías
y olor a transpiración.
Abundaban las miradas
y nada más puedo contar
de aquella escena inesperada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario