La vida es una mierda
decía y se reía
y yo veía a lo lejos
sos ojos almendrados.
Su boca era pasión
su pelo descontrol
su boca me decía
que hay alguien como yo.
Y yo pensaba a veces
pensaba
en aquella especie
tan desconocida,
tan descolorida,
que igualmente hecha flor.
Mientras pasabamos el rato
se rozaban nuestras almas
y de repente, unión.
Parecía que estabamos fusionados
y parecían nuestras caras, de retardado
aunque no nos daba preocupación.
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