lunes, 17 de noviembre de 2014

¿Y si nos apuñalamos?

¿Y si nos apuñalamos
para sacarnos la rabia
y nos abrazamos,
ensangrentados
nos perdonamos,
y de un momento a otro
no existen los pecados?

¿Y si tiramos nuestros cuerpos
arriba de aquel manto
de rosas y de espinas 
y allá nos insertamos 
riendo y llorando
como cuando pensamos?

Y por eso en esta noche
de soledad, tan deseada
al mirar las cicatrices
que del pasado quedaron,
yo me río desquiciada
por todo lo que he aguantado
y me río de la gente
que me quiso haber pisado. 

domingo, 16 de noviembre de 2014

Sobre un andén

Y en este momento
cansada de vivir
o de hacer el intento
yo voy a ingerir
un medicamento;
que me hará resistir.

Cerrará mis ojos
no veré el terror
ni veré abrojos
en mi pantalón.
No veré lo triste
que es mi situación.


Cuando mis ojos
cerrados estén
me quedaré extasiada
acostada sobre el andén
sola y desconectada
antes de que pase el tren
y quedar para siempre tirada.


jueves, 13 de noviembre de 2014

¿Quién le hizo esto a mi gente?

Las drogas han destruido mi alrededor, mi gente en sus ojos lleva: soledad y resignación. Se resignan a evadirse y así no pueden luchar, se resignan a mentirse, creen que eso es bienestar. Y yo miro de costado, siendo apenas más consciente, y querría haber matado, a quien le hizo esto a mi gente. Pero se que no se puede, porque esto está arreglado, quién le hizo esto a mi gente, no parece haber pecado. Y parece que las muertes, no han sido suficientes, y parece que no entienden, y nos tildan de dementes. Más yo sé que ellos durmieron, la cabeza de mi gente; porque les tenían miedo, porque eran diferentes.

lunes, 10 de noviembre de 2014

La locura

La locura destruye
la rutina oscura
y algunas veces huye,
pero no tiene cura.

Siempre vuelve y mata
entera, tu coherencia
viene y te arrebata
tu escasa consciencia.

Y cuando quieras ver
la estarás esperando
que te venga a acoger

No te deje llorando
que te ayude a creer
que ya estás escapando.







sábado, 1 de noviembre de 2014

Farsantes.

De colores asfixiantes
y entre ahogados alaridos
se escondían como antes
entre trajes coloridos
los hipócritas, farsantes
aunque estaban deprimidos.

Yo miraba, desvestida
despojada de histeria
y en mis ojos se veía
que pensaban cosas serias
no escondía ni mentía
no ocultaba mi miseria.